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Búsqueda del Cristo Joven
Impulsados por la fuerza del Espíritu Santo
Tomados de la mano de María
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Caminado juntos hacia el Padre

Buscador Católico

Missing children

domingo, 30 de diciembre de 2007

Sagrada Familia más humana de lo que pensamos

Este 30 de diciembre, se festeja la fiesta de la Sagrada Familia, leyendo algunas páginas en la Web, encontré una que me gustó mucho, más que nada, porque nos ayuda a ver a José, a María y a Jesús como personas llenas del amor a Dios, pero personas como nosotros, con alegrías y pesares como los de muchos.

Por eso se las transcribo totalmente.

Nazaret, un modelo para las familias

(Toda familia esta obligada a vivir según las circunstancias políticas, económicas, laborales, etc., que le tocan)

Nota original de la Revista Sagrada Familia, escrita por P. Alejandro Illescas


Cuando yo entré al seminario en esta congregación de los Hijos de la Sagrada Familia, me preguntaba cómo podía la Sagrada Familia ser modelo para la familia actual, para la familia real, pues me parecía muy utópica la comparación. La verdad es que lo que yo conocía de la Sagrada Familia era sobre todo a través de devociones y estampas. Y la veía como veía entonces a los santos, conociendo su vida por el final, ya santos, e ignorando sus luchas diarias en la fe y en el amor, su gran parecido a nosotros.

Con el pasar de los años, he visto que a las familias les pasa lo mismo que a mí me pasaba, al ver a la Sagrada Familia, no son capaces de quitarle ese halo de santidad devocional. Y sólo si somos capaces de verla como familia en su realidad histórica, política, económica, laboral, etc., seremos capaces de verla humana, débil y por lo mismo un ejemplo más admirable aún.

A continuación pongo algunos ejemplos de circunstancias en la vida de la Sagrada Familia que nos pueden ayudar a verlos más cercanos.

Una familia que empieza con un embarazo no deseado con todo lo que significa de cambio de planes de boda, de chismorreo entre la gente…

José, después de la desilusión primera y de pensar en abandonar a su novia, asume la paternidad de un hijo que no es suyo y acepta parecer el “tonto” ante las miradas acusadoras de la gente. La ley le permitía apedrear a María, pero él, por amor a su mujer y al niño que viene, acepta ser el padre, no cuestiona, no aborta… no critica.

Un censo obligado cuando el hijo va a nacer y que obliga a que nazca en pobres circunstancias, sin hospital o parientes: debajo de un puente o en un cayuco(*)…

Emigración obligada por la situación política del país que hace peligrar la vida del hijo (Herodes lo quiere matar). ¿Cuántos José y María no llegan hoy en día huyendo en pateras (**) o a los campos de refugiados?

Inseguridad laboral dentro del propio país (al volver gobierna Arquelao) que obliga a dejar su región o estado: a dejar el país Vasco, o los estados donde están las FARC o la guerrilla… Obliga a dejar la ciudad, donde un carpintero tendría más seguridad laboral para mantener a su familia, y a trasladarse a vivir en un pueblo.

La angustia de perder a un hijo durante unas horas o días en un evento social con muchísima gente como puede ser una peregrinación a Jerusalén, o un partido de fútbol, o un centro comercial…

Tener un hijo algo “especial”… Siempre es difícil tener un hijo algo “especial”, con alguna discapacidad o super-capacidad…

La influencia negativa en nuestra identidad o barrio donde vivimos y que nos acompaña toda la vida con la gente que no nos conoce. “¿De Nazaret puede salir algo bueno?” ¿O de Vallecas? ¿O del Bronx? ¿O de las villas miseria? ¿O de África? ¡Cuántas puertas no se cierran a mucha gente sólo por su procedencia…!

Muerte del cabeza de familia y repercusión en la vida familiar, afectiva, económicamente… ¿Cómo llegar ahora a fin de mes? ¿Cómo superar la sensación de soledad?

Inestabilidad laboral de los hijos, trabajar en lo que se pueda. Mc jobs… (Jesús refleja en sus parábolas que trabajó de campesino, pastor, obrero, etc.)

Asesinato injusto de un hijo, del único hijo aunque fuera ya mayor de edad. Y siendo testigo: María estaba de pie ante la cruz o cuando aquellos cabezas rapadas o escuadrones de la muerte…

José y María confían en Dios y en esa fe viven su matrimonio y su vida familiar con todos sus avatares. Se adaptan a las circunstancias que les presenta la vida y sin desesperar ponen sus vidas en manos de Dios, aunque no siempre lo entiendan. Los evangelistas resaltan que María conserva y medita en su corazón todo lo que pasaba, y que José escucha sus corazonadas o “sueños”. Pero María y José no sólo rezan y aceptan pasivamente lo que pasa, igual que todas las familias, ellos confían en que tarde o temprano se hará justicia a los débiles (el canto del Magnificat, que Lucas pone en labios de María, es un claro ejemplo de eso). Justicia política, laboral, económica… Y Jesús, ya mayor, se opondrá con la no-violencia a toda autoridad injusta (sea política o religiosa) que carga fardos pesados a las espaldas de la gente sencilla.

Termino. Espero haber podido convencer que la Sagrada Familia puede ser sin dudas, ejemplo e inspiración para las familias de hoy, y que también las familias de hoy pueden encarnar a Dios, como ellos, y ser sacramento de amor y fe para el mundo. Como decía una tarjeta de Navidad:

“La vida está a menudo llena de dificultades y problemas, el mirar a la Sagrada Familia no es garantía de que esos problemas desaparecerán, pero sí una ayuda para enfrentarlos con fe, como ellos, guiados por la confianza en Dios.”

(*) Cayuco: Recientemente, barco o bote usado por los inmigrantes ilegales africanos para entrar en España.

(**)La patera es un tipo de bote abierto, esto es, sin cubierta, de escasa eslora, fondo plano, reducida obra muerta, construcción no demasiado robusta, por lo general de madera, que tiene diversos usos.

jueves, 27 de diciembre de 2007

28 de diciembre Día de los Santos Inocentes

Cuando los Magos que venían de oriente, perdieron la estrella que los guiaba, se desorientaron, se desesperaron y en su necesidad de encontrar al Mesías, fueron a preguntar a aquel que pensaron podría saber, a la mayor autoridad de la época, a Herodes.

Pero este gobernante, en lugar de abrir su coraz ón a la noticia del salvador, se asustó, pensó que le arrebatarían su trono, sus posesiones y sus privilegios, como algunos políticos de hoy… Por eso armó una estrategia para eliminar a la “competencia”, engañó a los Magos, les indicó aproximadamente dónde podría estar el niño que buscaban y les hizo prometer que le avisarían para que él también pudiera ir a adorarlo.

Sin embargo pasadolos días, se dio cuenta de que había cometido una tontería, los Magos no regresaron y cuando manda a buscarlos, no los encuentr an y entonces ¿qué hacer? ¿cómo eliminar la amenaza? Piensa y basado en los dichos de los Magos, junto con sus sabios saca cálculos, agrega unmargen de seguridad y obtiene 2 años, así que el dichoso Mesías tendría entre días y 2 años, lo mejor, pues eliminar a todos los niños que entren en ese margen. No importa como, hay que durar en el poder, no interesa que después falte una generación, lo que cuenta es estar seguro en el trono.

Los niños son asesinados, sus familias desgarradas por el dolor, pero sus voces no se oyen, al poderoso no le llegan los lamentos, solo la tranquilidad de su solitario y efímero triunfo.

Los santos inocentes, apenas han vivido, algunos tan solo unos días y ya han muerto por Jesús, eso les abrió las puertas del Cielo.

Muchos piensan que eso pasó hace 2.000 años y que es una histor ia pasada, que no interesa contarla y como es algo triste, tal vez traten de olvidarla, sin embargo, es una historia de lo más actual.

Los santos inocentes siguen siendo asesinados día a día en el mundo capitalista y desamorado en el que vivimos.

Hay niños que son asesinados antes de nacer en el vientre de sus madres.

Hay niños cuya vida es segada en las guerras o por razones “religiosas”.

Hay niños que muerenpor falta de comida y agua.

Hay niños cuya niñez les es “asesinada” por ser obligados a trabajar.

Hay niños que la pierden por ser abusados física, moral o sexualmente (la estadística dice que 6 de cada 10 niños está ha sufrido esta clase de abuso).

Hay niños a quienes les son arrebatados sus padresy deben volverse adultos rápidamente.

Hay niños que son obligados a dejar sus hogares y vivir de lo que encuentren, ya sea porque son “raptados y vendidos” o porque son refugiados o porque sus padres los mandan a mendigar.

Todos estos niños siguen siendo asesinados por los poderosos de hoy, los que también tienen miedo de perder su poder y dinero. Pero también por nosotros, que no hacemos nada para evitar que esto siga ocurriendo.

En esta fecha de los Santos Inocentes, pidámosles a ellos por todos los niños que sufren hoy, por nosotros para que los ayudemos y por los que nos gobiernan, para que su corazón se vuelva a Dios.


Acá les dejo algo que encontré en la
Red y pertenece a la fundación Felices los Niños

Bienaventuranzas del Niño

Basado en Mateo 5, 1-11

Felices los Niños pobres,
porque de ellos es el Reino de los Cielos

Felices los Niños mansos de corazón,
porque ellos recibirán la tierra en herencia.

Felices los Niños que lloran,
porque ellos serán consolados.

Felices los Niños que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados.

Felices los Niños misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.

Felices los Niños porque son limpios de corazón,
y ellos de verdad verán a Dios.

Felices los Niños que se educan para la Paz,
porque ellos serán reconocidos como los hijos de Dios.

Felices los Niños a pesar de ser perseguidos a causa de la justicia, en sus derechos,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Felices los Niños serán aunque se los injurie con mentiras, aunque se los persiga para manipularlos con ideologías esclavizantes, aunque se les quieran negar sus posibilidades de crecer y ser queridos, aunque no les permitan conocer y amar a su Señor...
¡Alégrense y regocíjense porque la recompensa será grande en los Cielos!



martes, 18 de diciembre de 2007

Dos bebés en un pesebre (Cuento de Adviento)

Hace algunos años, unos jóvenes misioneros visitaron un hogar en el que vivían 100 niños y niñas que habían sido abandonados y dejados en manos del Estado. De allí surgió esta historia relatada por los mismos visitantes.

Se acercaba la época de las fiestas y los niños del hogar iban a escuchar por primera vez la historia tradicional de Navidad. Les contamos acerca de María y José llegando a Belén, de cómo no encontraron lugar en las posadas, por lo que debieron ir a un establo, donde finalmente el Niño Jesús nació y fue puesto en un pesebre.

A lo largo de la historia, los chicos no podían contener su asombro. Una vez terminada les dimos a los chicos tres pequeños trozos de cartón para que hicieran un pesebre. A cada uno se les dio un cuadrito de papel cortado de unas servilletas amarillas. Siguiendo las instrucciones, los chicos cortaron y doblaron el papel cuidadosamente colocando las tiras como pajas. Unos pequeños cuadraditos de franela, cortados de un viejo trapo, fueron usados para hacerle la manta al bebé. De un fieltro marrón cortaron la figura de un bebé. Mientras los niños armaban sus pesebres, yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban alguna ayuda. Todo fue bien hasta que llegué donde estaba sentado el pequeño Mateo. Parecía tener unos 6 años y había terminado su trabajo. Cuando miré el pesebre quedé sorprendido al no ver un solo niño dentro de él, sino dos.

Le pregunté entonces por qué había dos bebés en el pesebre. Mateo cruzó sus brazos y observando su trabajó comenzó a repetir la historia muy seriamente. Por ser el relato de un niño de 6 años que había escuchado la historia una sola vez, estaba muy bien, hasta que llegó la parte donde María pone al bebé en el pesebre. En ese momento Mateo empezó a inventar su propio final para la historia, y dijo:

- Y cuando María dejó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo no tenía un lugar para estar. Yo le dije que no tenía mamá, ni papá, ni tampoco un hogar. Entonces Jesús me dijo que yo podía estar allí con Él. Le dije que no podía porque no tenía un regalo para darle. Pero yo quería quedarme con Jesús, por eso pensé que cosa tenía que pudiese darle a Él como regalo; se me ocurrió que un buen regalo podría ser darle calor. Por eso le pregunté a Jesús, ¿si te doy calor, ese sería un buen regalo para ti?

Y Jesús me dijo: - si me das calor, ese sería el mejor regalo que haya recibido.

Por eso me metí dentro del pesebre y Jesús me miró y me dijo que podía quedarme allí para siempre.

Cuando el pequeño Mateo terminó su historia, sus ojitos brillaban llenos de lágrimas empapando sus mejillas. Se tapó la cara, agachó la cabeza sobre la mesa y sus hombros comenzaron a sacudirse en un llanto profundo. El pequeño Mateo había encontrado a alguien que jamás lo abandonaría. Alguien que estaría con él para siempre.

Adviento

Viene Cristo, preparemos nuestros corazones para su encuentro...

ADVIENTO

Adviento, que en el latín ad-venio: “llegar”, ó Adventus: “venida”, son días de oportunidad para afianzar la fe, y comprender plenamente el significado de la celebración.

Conforme al uso actual [191 0], el Adviento es un tiempo litúrgico que comienza en el Domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de Noviembre) y abarca cuatro Domingos. El primer Domingo puede adelantarse hasta el 27 de Noviembre, y entonces el Adviento tiene veintiocho días, o retrasarse hasta el 3 de Diciembre, teniendo solo veintiún días.

Con el Adviento comienza el año eclesiástico en las Iglesias occidentales. Durante este tiempo los creyentes son exhortados

  • a prepararse dignamente a celebrar el aniversario de la venida del Señor al mundo como la encarnación del Dios de amor,
  • de manera que sus almas sean moradas adecuadas al Redentor que viene a través de la Sagrada Comunión y de la gracia, y
  • en consecuencia estén preparadas para su venida final como juez, en la muerte y en el fin del mundo.

Esperar es creer, confiar y soñar, por eso, los antiguos pasaron más de cuatro mil años aguardando y suspirando por la venida del Mesías. Cuando finalmente sucedió, Jesús nació y se convirtió en hombre para librar a los hombres del pecado y del mal, y guiarlos hacia una vida plena. Ese momento se convirtió en un acontecimiento trascendental que se ha cultivado con el pasar de los años y cuyo significado no es más que el nacimiento del Reino de Dios.

El tiempo de Adviento surge con la idea de preparar el corazón y el espíritu para celebrar el advenimiento de Jesús. Es un ciclo de cuatro semanas, en el que los hombres se llenan de fe, esperanza y oración para sentir que la venida de Dios no fue única, ésta se repite en alma cada año y recuerda a quienes creen en él, que es infinito y vivirá para siempre entre los hombres.

Asumir el verdadero significado de la navidad implica conocer y comprender el sacrificio de Jesucristo para librar la salvación de los hombres. La fe cristiana proclama este tiempo como una profunda reflexión que alimenta la esperanza de continuar la obra de Jesús y preparar el camino para recibirlo.

¿Cómo se celebra el Adviento?

El Adviento comprende dos períodos o etapas. El inicio va desde el primer domingo (escogido de acuerdo al calendario) hasta el 16 de diciembre. Durante estos días, las lecturas invitan a vivir y sentir la esperanza de la venida del Señor contemplando todos los aspectos. En ellas se recuerda el significado de llegada de salvación al final de los tiempos, la llegada de salvación de cada día, que son la base de los textos del profeta Isaías.

Culminada la ceremonia del 16 de diciembre, se cierra el primer ciclo y se abre el segundo, que va desde el 17 hasta la víspera del 24 de diciembre, antes del nacimiento del Niño Dios.

Ya con el espíritu previamente preparado, se inicia la llamada “Semana Santa que prepara la navidad”. En ella, las misas invitan a vivir con gran alegría el acontecimiento más importante de la historia humana, el nacimiento del Mesías.

Los evangelios escogidos para estos días, extraídos de Mateo y Lucas, ilustran directamente todo lo relacionado con la llegada de Jesús y ayudan a preparar la fe para celebrar la Nochebuena.

Los cuatro domingos de Adviento

Los cuatro domingos de Adviento son la base fundamental y columna vertebral de la celebración. Pedagógicamente, el domingo es un día de recogimiento espiritual donde se entra en contacto personal e íntimo con Dios. Por ello, en este tiempo, los domingos representan el centro de la atención de quienes celebran la gloriosa venida del Señor.

Primer domingo: domingo de espera. Los fieles aguardan la llegada de la salvación; están vigilantes y llenos de esperanza.

Segundo domingo: domingo de la conversión. Se preparan los corazones para recibir al Señor.

Tercer domingo: domingo de la acogida. La certeza de la venida del Salvador provoca en los creyentes una gran alegría.

Cuarto domingo: domingo del anuncio. Dios se hace hombre y los hombres lo reciben en la tierra.

Las ceremonias de los 4 domingos de Adviento, cuentan con los elementos que representan la esperanza y la luz, para ello, el primer domingo se bendice la corona de Adviento, que será un símbolo presenten en todas las liturgias, y cuyos cirios se apagan el último día de solemnidad.

La corona de Adviento

Creada inicialmente como un objeto decorativo, la corona de Adviento, es, desde hace muchos años, un hermoso signo que expresa la alegría que se vive en este tiempo de preparación a la Navidad.

El círculo de la corona, es la señal del amor de Dios eterno, sin principio ni fin.

El verde de las ramas, es el color de la esperanza y vida.

Los cuatro cirios o velas, dan luz a la oscuridad creada por el pecado del hombre. Éstas se colocan en la corona y cada una se prende al inicio de la liturgia de cada domingo de Adviento.

Los colores de las velas se escogen de acuerdo a su significado. Tradicionalmente se coloca una morada, una roja, que recuerdan que es tiempo de penitencia y de conversión, y una rosa y una blanca que significan la alegría de la llegada de Jesucristo.

La corona también se decora con manzanas rojas que representan los frutos del jardín del Edén que hicieron pecar a Adán y Eva.

Finalmente, el listón rojo que rodea la corona, representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

El tiempo de Adviento es un período privilegiado para la iglesia católica y sus fieles seguidores, pues permite la reflexión del pasado, la vivencia del presente y la preparación del futuro con la intención de afianzar la fe y renovar la vida espiritual.

Simbolismo

La Iglesia prepara la Liturgia en este tiempo para lograr este fin. En la oración oficial, el Breviario, en el Invitatorio de Maitines, llama a sus ministros a adorar "al Rey que viene, al Señor que se acerca", "al Señor que está cerca", " al que mañana contemplaréis su gloria". Como Primera Lectura del Oficio de Lectura introduce capítulos del profeta Isaías, que hablan en términos hirientes de la ingratitud de la casa de Israel, el hijo escogido que ha abandonado y olvidado a su Padre; que anuncian al Varón de Dolores herido por los pecados de su pueblo; que describen fielmente la pasión y muerte del Redentor que viene y su gloria final; que anuncian la congregación de los Gentiles en torno al Monte Santo. La Segunda Lectura del Oficio de Lectura en tres Domingos están tomadas de la octava homilía del Papa San León (440-461) sobre el ayuno y la limosna como preparación para la venida del Señor, y en uno de los Domingos (el segundo) del comentario de San Jerónimo sobre Isaías 11:1, cuyo texto él interpreta referido a Santa María Virgen como "el renuevo del tronco de Jesé". En los himnos del tiempo encontramos alabanzas a la venida de Cristo como Redentor, el Creador del universo, combinados con súplicas al juez del mundo que viene para protegernos del enemigo. Similares ideas son expresadas los últimos siete días anteriores a la Vigilia de Navidad en las antífonas del Magnificat . En ellas, la Iglesia pide a la Sabiduría Divina que nos muestre el camino de la salvación; a la Llave de David que nos libre de la cautividad; al Sol que nace de lo alto que venga a iluminar nuestras tinieblas y sombras de muerte, etc. En las Misas es mostrada la intención de la Iglesia en la elección de las Epístolas y Evangelios. En las Epístolas se exhorta al creyente para que, dada la cercanía del Redentor , deje las actividades de las tinieblas y se pertreche con las armas de la luz; que se conduzca como en pleno día, con dignidad, y vestido del Señor Jesucristo; muestra como las naciones son llamadas a alabar el nombre del Señor; invita a estar alegres en la cercanía del Señor, de manera que la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodie los corazones y pensamientos en Cristo Jesús; exhorta a no juzgar, a dejar que venga el Señor, que manifestará los secretos escondidos en los corazones. En los Evangelios la Iglesia habla del Señor que viene en su gloria; de Aquel en el que, y a través del que, las profecías son cumplidas; del Guía Eterno en medio de los Judíos; de la voz en el desierto, "Preparad el camino del Señor". La Iglesia en su Liturgia nos devuelve en espíritu al tiempo anterior a la encarnación del Hijo de Dios, como si aún no hubiera tenido lugar. El Cardinal Wiseman ha dicho:

Estamos no sólo exhortados a sacar provecho del bendito acontecimiento, sino a suspirar diariamente como nuestros antiguos Padres, "Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo: ábrase la tierra y brote la salvación." Las Colectas en tres de los cuatro Domingos de este tiempo empiezan con las palabras, "Señor, muestra tu poder y ven" – como si el temor a nuestras iniquidades previniera su nacimiento.

Duración y Ritual

Todos los días de Adviento debe celebrarse el Oficio y Misa del Domingo o Feria correspondiente, o al menos debe ser hecha una Conmemoración de los mismos, independientemente del grado de la fiesta celebrada. En el Oficio Divino el Te Deum, jubiloso himno de alabanza y acción de gracias, se omite; en la Misa el Gloria in excelsis no se dice. El Alleluia, sin embargo, se mantiene. Durante este tiempo no puede hacerse la solemnización del matrimonio (Misa y Bendición Nupcial); incluyendo en la prohibición la fiesta de la Epifanía. El celebrante y los ministros consagrados usan vestiduras violetas. El diácono y subdiácono en la Misa, en lugar de las dalmáticas usadas normalmente, llevan casullas plegadas. El subdiácono se la quita durante la lectura de la Epístola, y el diácono la cambia por otra, o por una estola más ancha, puesta sobre el hombro izquierdo entre el canto del Evangelio y la Comunión. Se hace una excepción en el tercer Domingo (Domingo Gaudete), en el que las vestiduras pueden ser rosa, o de un violeta enriquecido; los ministros consagrados pueden en este Domingo vestir dalmáticas, que también pueden ser usadas en la Vigilia de la Navidad, aunque fuera en el cuarto Domingo de Adviento. El Papa Inocencio III (1198-1216) estableció el negro como el color a ser usado durante el Adviento, pero el violeta ya estaba en uso al final del siglo trece. Binterim dice que había también una ley por la que las pinturas debían ser cubiertas durante el Adviento. Las flores y las reliquias de Santos no debían colocarse sobre los altares durante el Oficio y las Misas de este tiempo, excepto en el tercer Domingo; y la misma prohibición y excepción existía relacionada con el uso del órgano. La idea popular de que las cuatro semanas de Adviento simbolizan los cuatro mil años de tinieblas en las que el mundo estaba envuelto antes de la venida de Cristo no encuentra confirmación en la Liturgia.

Origen Histórico

No se puede determinar con exactitud cuando fue por primera vez introducida en la Iglesia la celebración del Adviento. La preparación para la fiesta de la Navidad no debió ser anterior a la existencia de la misma fiesta, y de ésta no encontramos evidencia antes del final del siglo cuarto cuando, de acuerdo con Duchesne [Christian Worship (London, 1904), 260], era celebrada en toda la Iglesia, por algunos el 25 de Diciembre, por otros el 6 de Enero. De tal preparación leemos en las Actas de un sínodo de Zaragoza en el 380, cuyo cuarto canon prescribe que desde el diecisiete de Diciembre hasta la fiesta de la Epifanía nadie debiera permitirse la ausencia de la iglesia. Tenemos dos homilías de San Máximo, Obispo de Turín (415-466), intituladas "In Adventu Domini", pero no hacen referencia a ningún tiempo especial. El título puede ser la adición de un copista. Existen algunas homilías, probablemente la mayor parte de San Cesáreo, Obispo de Arlés (502-542), en las que encontramos mención de una preparación antes de la Navidad; todavía, a juzgar por el contexto, no parece que exista ninguna ley general sobre la materia. Un sínodo desarrollado (581) en Mâcon, en la Galia, en su canon noveno ordena que desde el once de Noviembre hasta la Navidad el Sacrificio sea ofrecido de acuerdo al rito Cuaresmal los Lunes, Miércoles, y Viernes de la semana. El Sacramentario Gelasiano anota cinco domingos para el tiempo; estos cinco eran reducidos a cuatro por el Papa San Gregorio VII (1073-85). La colección de homilías de San Gregorio el Grande (590-604) empieza con un sermón para el segundo Domingo de Adviento. En el 650 el Adviento era celebrado en España con cinco Domingos. Varios sínodos hicieron cánones sobre los ayunos a observar durante este tiempo, algunos empezaban el once de Noviembre, otros el quince, y otros con el equinoccio de otoño. Otros sínodos prohibían la celebración del matrimonio. En la Iglesia Griega no encontramos documentos sobre la observancia del Adviento hasta el siglo octavo. San Teodoro el Estudita (m. 826), que habló de las fiestas y ayunos celebrados comúnmente por los Griegos, no hace mención de este tiempo. En el siglo octavo encontramos que, desde el 15 Noviembre a la Navidad, es observado no como una celebración litúrgica, sino como un tiempo de ayuno y abstinencia que, de acuerdo a Goar, fue posteriormente reducido a siete días. Pero un concilio de los Rutenianos (1720) ordenaba el ayuno de acuerdo a la vieja regla desde el quince de Noviembre. Esta es la regla al menos para algunos de los Griegos. De manera similar, los ritos Ambrosiano y Mozárabe no tienen liturgia especial para el Adviento, sino sólo el ayuno.

Los últimos 3 puntos son de FRANCIS MERSHMAN
Transcrito por Carl H. Horst
Traducido por Juan I. Cuadrado

viernes, 14 de diciembre de 2007

Testimonio de Inés - Mallín 276


W María Inés Stefañuk – Mallín 276 – Santa Fe


“Durante la experiencia del Mallín 276 se ha respirado el AMOR DE DIOS en todo momento; se ha vivido un ambiente de unidad muy especial porque fue el CRISTO VIVO quien lo gestó.”

“He aprendido que acercarse a Dios no tiene por qué ser aburrido, todo lo contrario, Dios quiere que seamos “Su Sonrisa”, quiere que el motor de nuestra vida sea el AMOR, el gozo y no el miedo ni el sufrimiento; y depende de nosotros saber usar ese AMOR, esa fuerza y alegría que Él nos regala.”

“¡Cuántas chispas fueron a nuestro Mallín! Esos sacrificios me hicieron entender que estamos ubicados en una Verdadera Comunidad, lo cual me alienta y me impulsa a comprometerme con las cosas de Dios y con mi prójimo.”

“Encontré a mi Cristo Joven, le he entregado mi barca para que juntos manejemos el timón hacia aguas más profundas. Al final de la experiencia hice oficial mi SI a CRISTO para toda la Vida, pero sé que el compromiso debe ser renovado cada día para que mantenga su firmeza y su verdad.”

Inés es una de nuestras mallinistas más nuevas, tiene un gran corazón, es una persona sensible, pone muchas ganas y tiene mucha madera de animadora…

Su mallín se llamó: "Alegría hecha canción, dolor hecho oración"

Tiene 19 años y vive con su mamá y su dos hermanos.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Mallín 301 de chicos


Hoy a las 16 hs, comenzó el Mallín 301 de chicos, se está viviendo esta experiencia en la ciudad de Avellaneda, provincia de Santa Fe.

Son 12 chicos, 4 delegados y 3 predicadores, entre los que se encuentra el Padre Armando Faccioli.

El padre Armando, hace varios años que es predicador de mallines, muchos chicos que hoy tienen entre 25 y 30 años en este centro, hicieron su experiencia con él. Sabemos que su salud no es muy buena, pues ya no es tan joven, y que además todavía está con secuelas de un accidente que tubo el año pasado. Así que por eso y mucho más, estamos muy felices de que Dios nos haya regalado otro mallín predicado por él.

Gracias padre Armando y que Dios lo ilumine y le de la fortaleza para hacer de este 301, un mallín maravilloso y lleno de frutos.

A los chicos les deseamos una vivencia plena, un encuentro íntimo con Jesús y un salir a pescar 3 D para toda la vida.

Acá está la lista de los chicos que están ahora viviendo su mallín.

Avellaneda:

Federico Pereson

Guillermo Sponton

Yamil Romero

Lucas Caballeros

Reconquista:

Graciano Aguilar

Damián Feresin

Rolando (Roly)

Marcelo

Cristian Cucit

Posadas:

Edgardo (Tito) Rojas

Cristian Brunning

Gustavo Ramos

Delegados:

Emanuel Maidana

Damián Basabilbaso

Pablo Cian

Alesito Cabral

Predicadores:

Manuel Benvenutti

Nahuel Milessi

Padre Armando Faccioli

Los sacramentos

(3era Parte)

(de la página de ACI prensa –agencia católica de informaciones- )

La Unción de los enfermos

¿Qué es la Unción de los enfermos?

La Unción de los enfermos, llamada también Oleo santo, es el sacramento, administrado por el sacerdote, que confiere una gracia especial al cristiano aquejado de cualquier enfermedad grave o de la vejez.

¿Cuáles son las disposiciones requeridas para recibir dignamente este sacramento?

Para recibir dignamente la Unción de los enfermos es necesario estar en estado de gracia, confiar en la virtud del sacramento y en la divina misericordia, y finalmente abandonarse a la voluntad de Dios.

¿Es bueno recibir la Unción de los enfermos cuando se está todavía lúcido de mente?

Es sumamente recomendablemente recibir la Unción de los enfermos cuando se está todavía en la plena posesión de las propias facultades, porque este sacramento, como todos los otros sacramentos, aumenta la gracia en proporción a las buenas disposiciones y al fervor de quien lo recibe.

¿Cuáles son los efectos de la Unción de los enfermos?

En quien recibe con fe y devoción la Unción de los enfermos produce la unión con la pasión de Jesucristo, por el bien del enfermo y de toda la Iglesia, conforta y da la paz, concede el perdón de los pecados en el caso de que el enfermo no hubiese podido obtenerlo con el sacramento de la Penitencia, confiere también la salud del enfermo prepara para el eventual paso a la vida eterna.

¿Cómo se debe ejercer la caridad hacia las personas gravemente enfermas o ancianas?

La caridad cristiana requiere que no se tenga en cuenta solamente el cuerpo, sino también el alma. Quien asiste a los enfermos está por tanto obligado a obrar4 de tal manera que no les falten los consuelos de la fe a aquellos que se encuentran cercanos al momento que decidirá su salvación eterna.

El Matrimonio


¿Qué es el Matrimonio?

El Matrimonio es el sacramento instituido por Jesucristo que establece una unión santa e indisoluble entre el hombre y la mujer, dándoles la gracia de amarse fielmente y de educar cristianamente a sus hijos.

¿Qué se requiere para contraer válidamente el Matrimonio?

Para contraer válidamente el Matrimonio es necesario estar libres de eventuales impedimentos y manifestar libremente el propio consentimiento delante del asistente designado (habitualmente el párroco) y de dos testigos. Se necesita además estar suficientemente instruido sobre las verdades de la fe y de la moral, en particular sobre las que son las propiedades esenciales del matrimonio.

¿Cuáles son las propiedades esenciales del matrimonio?

Son la unidad, que excluye la poligamia; la indisolubilidad, que excluye el divorcio; y la apertura a la fecundidad, que excluye la voluntad de no engendrar.

¿Qué significa el hecho de que las tres características mencionadas son propiedades esenciales?

Significa que si uno no tiene intención de excluir la bigamia o la poligamia, o no está decidido a permanecer para siempre fiel a su cónyuge excluyendo el divorcio, o si no quiere de ninguna manera tener hijos, no contrae válidamente el matrimonio.

¿Qué se requiere para el matrimonio, además de válido, sea espiritualmente provechosos?

Se requieren que los contrayentes estén en estado de gracia y reciban el sacramento con fe y devoción.

¿La unión sexual es lícita sólo en el matrimonio?

Por ley divina y natural toda unión de tipo sexual es lícita solamente en el matrimonio legítimo entre hombre y mujer. Para los bautizados no existe ningún matrimonio válido que no sea también sacramento.

El Orden sagrado


¿Qué es el Orden sagrado?

El Orden sagrado es el sacramento, administrado por el obispo, que confiere los tres grados del ministerio jerárquico de la Iglesia, es decir, que consagra a los obispos, a los sacerdotes y a los diáconos.

¿Es necesario que en la Iglesia haya ministros ordenados?

Es absolutamente necesario, por explícita voluntad de su fundador, que en la Iglesia haya ministros ordenados, a través de los cuales el Señor resucitado continúa obrando la salvación en medio de nosotros. Si no hubiese obispos ni sacerdotes faltaría el sacramento de la confesión y permaneceríamos en nuestros pecados, no se celebraría la Santa Misa y no podríamos recibir la Eucaristía, por tanto, comprometida toda la existencia cristiana.

¿Cuáles son los deberes de los cristianos respecto a los ministros de la Iglesia?

Los cristianos deben a sus ministros sagrados respeto y obediencia, recordando las palabras de Jesús: "El que os escucha, me escucha a mí, el que os desprecia, me desprecia a mí" (Lc 10, 16).

¿Hay otros deberes respecto de la Iglesia?

Los cristianos deben proveer, según sus posibilidades y siguiendo las vías establecidas incluso por la ley civil, al sostenimiento económico de aquéllos que se dedican totalmente a nuestro bien espiritual.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Los sacramentos

(2da Parte)

La Eucaristía

¿Qué es el sacramento de la Eucaristía?

La Eucaristía es el sacramento que bajo las especies o apariencias del pan y del vino contiene realmente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo para alimento espiritual de las almas.

¿Qué efectos produce en nosotros la Santísima Eucaristía?

La Santísima Eucaristía conserva y acrecienta la gracia santificante, borra los pecados veniales y preserva de los mortales, nos une siempre más a Jesucristo, cabeza del Cuerpo místico, y a sus miembros, da consuelo espiritual, sostiene nuestras fuerzas a lo largo de la peregrinación de esta vida, nos hace desear la vida eterna y nos una ya a la Iglesia del cielo, a la Bienaventurada Virgen María y a todos los Santos.

¿Qué se requiere para recibir dignamente la sagrada Comunión?

Para recibir dignamente la Sagrada Comunión se requieren tres cosas: estar en gracia de Dios, saber y pensar en Quién se va a recubrir, estar en ayunas desde al menos un ahora (exceptuada el agua y las medicinas). Los ancianos y enfermos están dispensados del "ayuno eucarístico".

¿El que es consciente de estar en pecado mortal ¡puede comulgar después de haber hecho un acto de constricción con el propósito de confesarse más tarde?

Quien es consciente de estar en pecado mortal, aunque esté arrepentido, debe confesarse antes de recibir la Eucaristía, salvo casos excepcionales (grave motivo para acercarse a la comunión unido a la imposibilidad de confesarse).

¿Qué pecado comete el que recibe la Eucaristía en pecado mortal?

Quien recibe la Eucaristía en pecado mortal comete un grave sacrilegio, en cuanto que profana lo que allí hay de más sagrado en medio de nosotros, el cuerpo santísimo de Cristo.

El que está en pecado mortal, y por lo tanto no puede comulgar, ¿debe igualmente ir a Misa los días festivos?

La obligación de asistir a Misa los días festivos es distinta de la de comulgar. Quien no está en las condiciones de comulgar debe participar en la misa y posponer la comunión.

¿Cuándo es obligatoria la comunión?

La comunión es obligatoria cada año en el tiempo pascual, y además en peligro de muerte (viático). Quien no ha comulgado en el tiempo pascual debe hacerlo cuanto antes.

La Penitencia o la Confesión

¿Qué es el sacramento de la Penitencia?

El sacramento de la Penitencia, o Reconciliación, o Confesión, es el sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para borrar los pecados cometidos después del Bautismo. Es, por consiguiente, el sacramento de nuestra curación espiritual, llamado también sacramento de la conversión, porque realiza sacramentalmente nuestro retorno a los brazos del padre después de que nos hemos alejado con el pecado.

¿Es posible obtener el perdón de los pecados mortales sin la confesión?

Después del Bautismo no es posible obtener el perdón de los pecados mortales sin la Confesión, aunque es posible anticipar el perdón con la contrición perfecta acompañada del propósito de confesarse.

¿Y si después uno de hecho no se confiesa?

Quien se comporta de esta manera comete una falta grave. Pues todos los pecados mortales cometidos después del bautismo deben ser acusados en la Confesión.

¿Qué se requiere para hacer una buena confesión?

Para hacer una buena confesión se necesita: hacer un cuidadoso examen de conciencia, tener dolos de los pecados cometidos y e3l firme propósito de no cometerlos más (contrición o atrición), decir los otros pecados al sacerdote (confesión), y cumplir la penitencia (satisfacción).

¿Qué es el examen de conciencia?

El examen de conciencia es la diligente búsqueda de los pecados cometidos después de la última Confesión bien hecha.

¿En el examen de conciencia es necesario buscar también el número de los pecados?

De los pecados graves o mortales se necesita buscar también el número, porque cada pecado mortal debe ser acusado en la confesión.

¿Qué es el dolor de los pecados?

El dolor de los pecados es el sincero pesar y la repulsa de los pecados cometidos.

¿De cuántos tipos es el dolor?

El dolor es de dos tipos: dolor perfecto (o contrición) y dolor imperfecto (o atrición).

¿Cuándo se tiene dolor perfecto o contrición?

Se tiene el dolor perfecto o contrición cuando se arrepiente de los propios pecados porque se ha ofendido ha Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado: cuando el dolor nace del amor desinteresado a Dios, es decir, de la caridad.

¿Cuándo se tiene el dolor imperfecto o atrición?

Se tiene el dolor imperfecto o atrición cuando el arrepentimiento, en cuanto inspirado por la fe, tiene motivaciones menos nobles: por ejemplo, cuando nace de la consideración del desorden causado por el pecado, o por el temor de la condenación eterna (Infierno) y de las tras penas que el pecador puede recibir.

¿El dolor de los pecados obtiene de inmediato el perdón?

El dolor perfecto unido al propósito de confesarse obtiene inmediatamente el perdón; el dolor imperfecto lo obtiene, por el contrario, sólo en la confesión sacramental.

¿Es necesario arrepentirse de todos los pecados cometidos?

Para la validez de la confesión es suficiente arrepentirse de todos los pecados mortales, mas para el progreso espiritual es necesario arrepentirse también de los pecados veniales.

¿Un verdadero arrepentimiento requiere también el propósito de abandonar el pecado?

El arrepentimiento ciertamente mira hacia el pasado, pero implica necesariamente un empeño hacia el futuro con la firme voluntad de no cometer jamás el pecado.

¿Se puede tener un verdadero arrepentimiento si uno prevé que antes o después recaerá en el pecado?

La previsión del pecado futuro no impiden que se tenga el propósito sincero de no cometerlo más, porque el propósito depende sólo del conocimiento que nosotros tenemos de nuestra debilidad.

¿Qué es la confesión?

La confesión es la manifestación humilde y sincera de los propios pecados sal sacerdote confesor.

¿Qué pecados es obligatorio confesar?

Estamos obligados a confesar todos y cada uno de los pecados graves, o mortales, cometidos después de la última confesión bien hecha.

¿Cuáles son los pecados mortales más frecuentes?

Las faltas objetivamente mortales más frecuentes son (siguiendo el orden de los mandamientos): practicar de cualquier modo la magia; blasfemar; perder la Misa los domingos o en las fiestas de preceptos sin un grave motivo; tratar mal de manera grave a los propios padres o superiores; matar o herir gravemente a una persona inocente; procurar directamente el aborto; buscar el placer sexual es solitario o con otras personas que no sean el propio cónyuge; para los cónyuges, impedir la concepción en el acto conyugal; robar una suma revelante, incluso sustrayéndose en el trabajo; murmurar gravemente del prójimo o calumniarlo; cultivar vo9luntariamente pensamientos o deseos impuros; faltar gravemente el propio deber; no acercarse a la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal; callar voluntariamente un pecado grave en la confesión.

¿Si uno olvida un pecado mortal obtiene igualmente el perdón en la confesión?

Si uno olvida un pecado mortal obtiene igualmente el perdón, pero en la confesión siguiente debe confesar el pecado olvidado.

¿Si uno calla voluntariamente un pecado mortal obtiene el perdón de los otros pecados?

Si uno, por vergüenza o por otros motivos, calla un pecado mortal, no sólo no obtiene ningún perdón, sino que comete un nuevo pecado de sacrilegio, el de profanación de una cosa sagrada.

¿Hay obligación de confesar los pecados veniales?

La co9nfesión de los pecados veniales no es necesaria, pero es muy útil para el progreso de la vida cristiana.

¿El confesor debe dar siempre la absolución?

El confesor debe dar siempre la absolución si el penitente está bien dispuesto, es decir, si está sinceramente arrepentido de todos sus pecados mortales. Si por el contrario, el penitente no está bien dispuesto, no teniendo el dolor o el propósito de enmienda, entonces el confesor no puede y no debe dar la absolución.

¿Qué debe hacer el penitente después de la absolución?

El penitente después de la absolución debe cumplir la penitencia que le ha sido impuesta y reparar los daños que sus pecados hubiesen eventualmente causado al prójimo /por ejemplo, debe restituir lo robado).

¿Cuáles son los efectos del sacramento de la Penitencia?

Son la reconciliación con Dios y con la Iglesia, la recuperación de la gracia santificante, el aumento de las fuerzas espirituales para caminar hacia la perfección, la paz y la serenidad de la conciencia con una vivísima consolación del espíritu.

¿Cómo se puede superar la dificultad que se siente para confesarse?

El que tiene dificultades para confesarse debe considerar que el sacramento de la Penitencia es un don maravillosos que el Señor nos ha dado. En el "tribunal" de la Penitencia el culpable jamás es condenado, sino sólo absuelto. Pues quien se confiesa no se encuentra con un simple hombre, sino con Jesús, el cual, presente en su ministro, como hizo un tiempo con el leproso del Evangelio (Mc 1, 40ss.) también hoy nos toca u nos cura; y, como hizo con la niña que yacía muerta nos toma de la mano repitiendo aquellas palabras: "¡Talita kumi, niña, a ti te digo, levántate!" (Mc 5, 41).

¿La confesión nos ayuda también en el camino de la virtud?

La confesión es un medio extraordinariamente eficaz para progresar en el camino de la perfección. En efecto, además de darnos la gracia "medicinal" propia del sacramento, nos hace ejercitar las virtudes fundamentales de nuestra vida cristiana. La humildad ante todo, que es la base de todo el edificio espiritual, después la fe en Jesús Salvador y en sus méritos infinitos, la esperanza del perdón y de la vida eterna, el amor hacia Dios y hacia el prójimo, la apertura de nuestro corazón a la reconciliación con quien nos ha ofendido. En fin, la sinceridad, la separación del pecado y el deseo sincero de progresar espiritualmente.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Los Sacramentos

En preparación para la Ordenación Sacerdotal de nuestro Asesor de Centro, Néstor Belmond, el sábado 24 de noviembre de 2.007; hoy empezamos a ver los distintos Sacramentos de la Iglesia Católica.

(1era Parte)

(de la página de ACI prensa –agencia católica de informaciones- )

Cuando Nuestro Señor Jesucristo se encontraba en este mundo comunicaba normalmente sus gracias espirituales y corporales a través del contacto físico de su persona, esto es, o con su viva voz o tocando con su mano, como cuando por ejemplo absolvió a la pecadora (Lc 7, 48) o sanó al leproso y al ciego de nacimiento (Mc 1, 41; Jn 9, 6).

Pero ahora que Jesús ha subido al cielo, ¿cómo podrá estar en contacto con nosotros y comunicarnos su gracia? Lo hace a través de los sacramentos de la Iglesia: en ellos está Él mismo que a través de la persona de su ministro también hoy nos toca, nos sana, nos alimenta y nos consuela.

Acercarse con fe a los sacramentos es encontrarse con Jesús resucitado y vivo, con Él que es nuestro único Salvador.

¿Qué son los sacramentos?

Los sacramentos son los signos e instrumentos de la gracia instituidos por Jesucristo para santificarnos.

¿La moral trata también de los sacramentos?

La moral trata también de los sacramentos en cuanto enseña el modo de recibirlos dignamente y con fruto. De hecho, la gracia que los sacramentos confieren es dada en proporción a las buenas disposiciones de quien los recibe.

¿Cuántos y cuáles son los sacramentos?

Los sacramentos son siete: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden y Matrimonio.

¿Cuáles son los sacramentos de los que se ocupa sobre todo la moral?

Son la Eucaristía y la Penitencia, en cuanto estos dos sacramentos son recibidos con frecuencia y son los medios privilegiados para progresar en la vida cristiana. Sin embargo, también es necesario conocer algo del aspecto moral de los otros sacramentos.

El Bautismo

¿Qué es el Bautismo?

El Bautismo es el sacramento que nos hace nacer a la vida de la gracia y nos hace cristianos. Él nos confiere también una señal indeleble, llamada "carácter", que permite el poder recibir válidamente todos los otros sacramentos.

¿Cómo se confiere el bautismo?

El Bautismo se confiere normalmente derramando agua sobre la cabeza del bautizado y pronunciando las palabras: "N., yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". En algunas ocasiones también se realiza el bautismo por inmersión, que era el modo ordinario de la Iglesia primitiva: el catecúmeno es sumergido en la pila bautismal, mientras se pronuncian las palabras rituales.

¿Quién puede bautizar?

Normalmente quien bautiza es el sacerdote o el diácono. Sin embargo, en caso de necesidad, cualquiera, incluso un no cristiano, puede y debe bautizar, con tal que tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia. Estos Bautismos de urgencia se realizan sobre todo en el caso de niños en peligro de muerte.

¿Cuáles son las disposiciones requeridas para recibir el Bautismo?

Un adulto que recibe el bautismo debe tener la intención de recibir el sacramento, la fe y el arrepentimiento, al menos imperfecto, de los propios pecados.

Cuando son bautizados los niños, ¿quiénes son los principales responsables de su educación cristiana?

Son los padres. Ellos deben, con la palabra y con el ejemplo, contribuir al crecimiento espiritual de sus hijos. La Iglesia no concede el Bautismo sin la garantía de este compromiso, porque el Bautismo marca sólo el inicio de la vida cristiana, la cual por su naturaleza debe crecer y desarrollarse.

¿Cuál es el deber del padrino y de la madrina?

Es el de ayudar a los padres en su compromiso de educación cristiana.

La Confirmación

¿Qué es la Confirmación?

La confirmación es el sacramento, conferido por el Obispo o por su delegado, que nos hace perfectos cristianos, es decir, cristianos adultos en la fe u capaces de rendir público testimonio de Jesucristo, Nuestro Dios y Señor, muerto y resucitado por nuestra salvación. Es la fuerza del espíritu Santo, recibida en este sacramento, la que nos permite dar testimonio y difundir nuestra fe superando toda vergüenza o temor.

¿Cuáles son las disposiciones requeridas para recibir la confirmación?

Quien recibe la Confirmación, además de estar en gracia de Dios, debe conocer las principales verdades de la fe cristiana y acercarse al sacramento con devoción.

¿Cuál es el deber del padrino o madrina de la Confirmación?

El padrino, o madrina, de la Confirmación debe, con la palabra y con el ejemplo, instruir y ayudar al confirmando en el compromiso de la vida cristiana. Para subrayar la unidad con el Bautismo es bueno que el padrino o la madrina de la Confirmación sean los mismos del bautismo.